El informe anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre antibacterianos en evaluación clínica y preclínica revela que en la actualidad se están evaluando un total de 43 antibióticos y 27 agentes antibacterianos no tradicionales, un pipeline que la OMS califica como “insuficiente” para abordar “el reto de la creciente resistencia bacteriana”.
Esta revisión anual, cuyo objetivo es evaluar el potencial de los antibacterianos en diferentes etapas de desarrollo, analiza hasta qué punto aborda este pipeline el tratamiento de las bacterias resistentes Mycobacterium tuberculosis y Clostridioides difficile, incluidas en la lista de patógenos prioritarios de la OMS. Por primera vez, esta revisión ha incluido antibacterianos "no tradicionales", como son los bacteriófagos.
De acuerdo con los resultados de la revisión de la OMS, de los 43 antibióticos y combinaciones de antibióticos que en la actualidad están en desarrollo clínico (fases 1-3), 26 son efectivos frente a patógenos prioritarios, 12 funcionan frente a M. tuberculosis y 5 frente a C. difficile. Entre los 27 antibacterianos “no tradicionales” hay 9 anticuerpos, 4 bacteriófagos y enzimas derivadas de fagos, 8 agentes moduladores del microbioma, 2 agentes inmunomoduladores y 4 agentes mixtos.
Desde 2017, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), su homóloga en EE.UU., sólo han aprobado 11 nuevos antibióticos. Con algunas excepciones, estos nuevos tratamientos antibióticos han demostrado beneficios clínicos limitados en relación con los tratamientos que ya existían: el 80% provenían de familias ya existentes y ya afectadas por notables mecanismos de resistencia.